Hace más de 80 años, Dale Carnegie resumió en 30 principios las ideas fundamentales aprendidas a lo largo de sus muchos años formando a directivos y todo tipo de personas en el difícil arte de la comunicación, el liderazgo y las relaciones personales. Aquellas ideas siguen plenamente vigentes y, hoy en día, Dale Carnegie es una de las más reconocidas organizaciones en este campo. Dentro del primer bloque, «Mejorar las relaciones», agrupa los 3 primeros principios bajo el concepto «Técnicas fundamentales para tratar con los demás». En el anterior artículo vimos el primero y hoy comentaremos los dos siguientes.
Principio 2. Demuestre aprecio honrado y sincero
En este principio la clave está en «honrado y sincero». No hay que confundirlo con la adulación, que es un elemento negativo que rápidamente se vuelve en nuestra contra. A todos nos gusta sentirnos apreciados, y saber que aprecian nuestro trabajo. En la pirámide de Maslow, el escalón siguiente a las necesidades fisiológicas y la seguridad aparece ocupado por el deseo de afecto.
Pocas cosas estimulan más que el reconocimiento, por parte de los demás, de un trabajo bien hecho. Y conozco pocas personas que tengan la virtud de practicarlo con asiduidad y de forma natural. Nos cuesta expresar este aprecio a otras personas o pensamos que hacer bien un trabajo debería ser lo lógico. Pero lo cierto es que vemos que muchas personas realizan su trabajo razonablemente bien y vemos que otras van un paso más allá. A éstas se ve que les gusta lo que hacen, que ponen ilusión y cariño. Pequeños detalles que marcan la diferencia y que debemos reconocérselo para que vean que somos capaces de apreciarlos.
Un video que refleja perfectamente que hay personas que dan ese punto más a su trabajo. Puede parecer un poco histriónico pero consigue su objetivo: que los pasajeros le presten atención porque lo que les va a contar es importante.
Auxiliar de vuelo
Cuando en alguna persona de nuestro entorno veamos este plus, es importante que se lo digamos. Le reconocemos una cualidad y aportamos una evidencia del momento en que lo hemos observado. Esta evidencia es la que demuestra que no estamos adulando y que el aprecio es sincero. Veréis cómo le cambia la cara. Le hemos alegrado el día. Y sabrá que aprecias sinceramente su trabajo y mejorará tu relación con esa persona.
Os propongo que hagáis ese ejercicio. Observad a las personas que están a vuestro alrededor y descubrid algo que hagan especialmente bien. Cuando tengáis oportunidad, decídselo haciendo referencia al momento concreto en que lo habéis observado.
Y pasamos al último principio de este primer bloque
Principio 3. Despierte en los demás un deseo vehemente
Sólo hay una manera para que los demás hagan algo, y es que quieran hacerlo. También pueden hacerlo bajo algún tipo de amenaza pero sabemos que, en cuanto ésta desaparezca desaparecerá la acción. Y no olvidemos que nuestro objetivo es aprender a tratar a las personas…
La capacidad y la habilidad de hacer ver a los demás las ventajas que para ellos tiene lo que nosotros proponemos tiene un valor increíble. Decidirán hacerlo no porque ello convenga a nuestros intereses, sino porque conviene a los suyos. Y no se trata de manipulación, porque la manipulación se basa en el engaño. Como en el punto anterior, debe existir un deseo sincero de encontrar un beneficio mutuo. porque eso es lo que garantiza una buena relación.
Se trata de encontrar situaciones win/win donde ambas partes salgamos beneficiadas. Para ello es importante conocer los intereses y los anhelos de quienes nos rodean y para ello deberemos aplicar algunos de los principios que irán surgiendo en posteriores artículos. Intentemos ver las situaciones desde el punto de vista de los demás y podremos encontrar estas razones que despierten ese deseo de actuar de una determinada manera que nos beneficiará a ambas partes.
Como dice Dale Carnegie al hablar de este principio:
«Quien puede hacer esto tiene a todo el mundo consigo; quien no puede, marcha solo por el camino».